dimecres, 11 d’octubre del 2017

Como enriquecerse con la codicia ajena

El cuento de los monos y la bolsa

Una vez llegó a un pueblo de la selva un señor muy bien vestido, se instaló en el único hotel que había y puso un aviso en la última página del periódico local, diciendo que estaba dispuesto a comprar cada mono que le trajeran por 10$.
Ante la falta de recursos de la población, los campesinos sabiendo que la selva estaba llena de monos salieron corriendo a cazarlos.
El hombre compró, como había prometido en el anuncio, los cientos de monos que le trajeron a 10$ cada uno sin rechistar.
Pero, como ya quedaban muy pocos monos en la selva, y era difícil cazarlos, los campesinos perdieron el interés por la caza de estos.
Entonces el hombre ofreció 20$ por cada mono y los campesinos corrieron otra vez a la selva.
Nuevamente fueron mermando los monos y el hombre elevó la oferta a 25$ y los campesinos volvieron a la selva, cazando los pocos monos que quedaban, hasta que ya era casi imposible encontrar uno.
Llegado a este punto, el hombre ofreció 50$ por cada mono, pero tenía negocios que atender fuera en la ciudad, dejó a cargo de su ayudante el negocio de la compra de los monos.
Una vez que viajó el hombre a la ciudad, su ayudante se dirigió a los campesinos diciéndoles: “Fíjense en esta jaula llena de miles de monos que mi jefe compró para su colección. Yo les ofrezco venderles a ustedes los monos por 35$ cada uno y cuando mi jefe regrese de la ciudad, se los venden por 50$”.
¡¡¡ Los campesinos juntaron todos sus ahorros y compraron los miles de monos que había en la gran jaula y esperaron el regreso del jefe !!!
Desde ese día no volvieron a ver ni al ayudante ni al jefe. Lo único que vieron fue la jaula llena de monos que compraron con sus ahorros de toda la vida.

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